Porque no estaba alicorado y tenía sus papeles en regla, fue dejado en libertad el conductor que le pasó por encima sin consideración alguna al niño ciclista Julián Esteban Gómez, quien soñaba ser como Egan Bernal.
Así lo reportó este lunes la Fiscalía, sin revelar el nombre del sujeto, añadiendo simplemente que este sigue vinculado a la investigación que prosigue para establecer si se produjo un homicidio culposo.
Como tristemente informamos aquí en la web de Radio Santa Fe, Julián Esteban, de 13 años, que se hizo famoso al llorar de la emoción cuando Egan Bernal se corono campeón del Four de Francia, fue arrollado por la tractomula cuando entrenaba con su tío, Guillermo Caicedo, en la carretera entre Cajicá y Chía, Cundinamarca.
Caicedo, quien lo apoyaba en su sueño de ser un ciclista, relató en Caracol Radio que en inmediaciones al centro comercial Centro Chía los alcanzó el pesado automotor y su conductor comenzó a acosarlos, haciendo tronar una ruidoso pito de corneta, hasta el punto de que puso nervioso al niño, quien finalmente perdió el equilibrio, cayó y por encima le pasaron las llantas del vehículo.
“El conductor tenía otro carril para pasar, pero en su intolerancia nos acosó de tal forma que el niño se puso nervioso, perdió el equilibrio, se fue debajo de las llantas de la tractomula», precisó Caicedo.
La muerte del pequeño fue instantánea, dijo y añadió que el conductor se bajó como un energúmeno «a pelear», sin tener en cuenta la tragedia que había causado.
Sin embargo, testigos presenciales y vecinos del lugar se le avalanzaron contra el sujeto para agredirlo y si no es porque llega la Policía lo habían «linchado».
El conductor «se bajó a pelear y los ciclistas que estaban ahí lo empezaron a insultar y se tuvo que subir en el carro de nuevo. Sin embargo, la gente le rompió los vidrios. Tuvo que llegar la policía y lo subió en una patrulla, porque lo iban a linchar”, puntualizó.
Guillermo Caicedo recordó que Julián Esteban siempre estaba pendiente de preguntarle «cosas de ciclismo, sobre cómo hacer tal cosa, sobre cómo entrenar».
«Estaba muy pendiente a la técnica, lo más seguro era que iba a ser un ciclista profesional muy bueno, porque era muy técnico”, complementó.
“Él era buen estudiante, buena persona. Yo más que todo compartía era en la bicicleta con él, siempre me preguntaba cosas. La pasábamos muy bien, éramos parceros. Fue muy doloroso verlo bajo las llantas, sin vida”, concluyó.